La deserción estudiantil es un problema para muchos países y Chile no es la excepción. Si bien para el caso chileno esta no representa un porcentaje importante respecto a la cantidad de estudiantes que si se mantienen en el sistema educativo, el hecho de que la cantidad de desertores esté en el orden de los miles no puede no dejar de preocupar a quienes están a cargo del diseño de políticas públicas en materia de educación. Al fin y al cabo, cada estudiante que deserta del sistema educativo es una historia de vida que debe ser considerada por la sociedad
La deserción, en su definición más técnica, es cuando un estudiante que está matriculado en un tiempo t no se vuelve a matricular en ningún establecimiento en un tiempo t+1, ni tampoco registra un egreso del sistema educativo. En el dashboard que presentamos a continuación cruzamos datos entregados por el Ministerio de Educación del año 2018 mostrando diversas variables, a nivel de individuo, que permitan hacerse una idea de cuáles son los factores principales que pueden determinar que un estudiante deserte o no. Estas variables son la cantidad de repitencias que acumula el estudiante, el promedio de notas que este tiene respecto a estudiantes de su mismo nivel educativo y establecimiento (similar al sistema de ránking de notas que se utiliza para la PTU), la edad en que los estudiantes desertan, la asistencia que estos presentan (donde 0 es un 0% de asistencia y 100% la totalidad de asistencias registradas en un año escolar) y cuántos de estos estudiantes representan una sobre-edad al momento de desertar, es decir, si al momento de desertar, según la edad que tienen, estos ya deberían haber egresado de la educación media (tomamos como 18 años la edad ideal para egresar).
El dashboard, el cual puede ser filtrado por regiones y comunas, a nivel nacional muestra tendencias bastante interesantes. Por ejemplo, la mayoría de los estudiantes deserta a la primera repitencia, aunque también existe una gran cantidad que deserta sin nunca haber repetido un nivel educacional. También que en promedio los estudiantes desertores están bajo la media de calificaciones respecto a sus pares. Además los estudiantes desertan principalmente en la adolescencia, siendo 15.78 la edad promedio de deserción. Otro punto importante está en las asistencias: la media de asistencias está en el 50% y existe un gran número de estudiantes que registra 0 asistencias al momento de desertar. Por último, la mayoría de los estudiantes con deserta cuando mantiene una sobre-edad un año por sobre la ideal de egreso.
Dado que ambos integrantes vivimos en Santiago, quisimos ver cómo se distribuyen las deserciones a nivel comunal dentro de la ciudad. Por lo mismo desarrollamos una visualización que marca con colores aquellas comunas que tienen un mayor índice de deserción, asimismo agregamos en las delimitaciones de cada un código de colores que indica a qué zona de la ciudad pertence cada comuna. El color verde indica la zona poniente, el azul la zona sur, amarillo la zona central, rojo la norte y naranjo la oriente. El color de cada límite aparece al pasar el mouse por sobre cada comuna.
Desde esta visualización se puede obtener información bastante valiosa: las deserciones se acumulan principalmente en comunas periféricas de todos los sectores menos el oriente, además que, tal como era de esperarse, las deserciones se acumulan en aquellas comunas con mayor cantidad de población. La primera información es la más útil, aunque también esperable: las comunas periféricas que no pertenecen al sector oriente son las más pobres de Santiago por lo que se puede se puede establecer una correlación entre nivel de ingreso y deserción.
Por último, quisimos ver como distribuye la deserción en Santiago según sexo. Para esto diseñamos un piechart que muestra esta distribución.
De esta última visualización la interpretación es bastante sencilla mas no trivial. El 58.59% de los desertores en la capital son hombres. Esto, considerando que la población en Chile es pareja en cuanto a hombres y mujeres, no deja de mostrar una tendencia clara sobre qué tipo de personas desertan desde el sistema educacional.
Esperamos que estas visualizaciones, además de concientizar sobre un problema latente en el país, sirvan como directrices para quienes estén a cargo del diseño de políticas públicas. La educación es algo crucial para la sociedad y el que haya un número significativo niños y jóvenes que por diversas situaciones dejen de recibirla es algo que debería preocuparnos y llevarnos a investigaciones más profundas sobre el tema.