La brecha de género en los deportes es un tema que existe desde la concepción de muchas disciplinas deportivas, ya sea económica o de participación. En este último punto es en el que vamos a ahondar particularmente en el ajedrez, deporte en el cual, a simple vista, no debiese existir diferencias entre géneros, después de todo es un deporte mental.
Como primer acercamiento, presentaremos la cantidad de jugadores que hayan participado en torneos oficiales impartidos por la FIDE (Federación Internacional de Ajedrez) por sexo, y posteriormente, la cantidad de jugadores titulados (Jugadores que tengan un rendimiento superior y por ello se les ha concedido un título de maestro entregado por la FIDE) por sexo para ver la participación, teniendo los siguientes gráficos.

Como se puede ver, hay una proporción bastante baja de jugadoras mujeres (14,96%), porcentaje que disminuye considerablemente cuando nos referimos a jugadoras tituladas, ¡Pasando solamente a 1,39%! Esto indica que es bastante evidente que hay una brecha muy importante de participación entre hombres y mujeres en este deporte.
Sabiendo que, en general, existe esta brecha, hay que buscar las razones para la existencia de esto, es por eso que creamos un mapa en tableau con el porcentaje de jugadoras tituladas. Esto se creó con el fin de comprobar si existen razones culturales detrás de la baja participación de mujeres, obteniendo el siguiente resultado.

Contados con los dedos de una mano los países que tienen una representación de jugadoras tituladas de más del 5%, se destacan países como Georgia(16,67%), China(11,48%), Mongolia(10,53%). Este mapa nos indica que no hay una diferencia notable entre continentes, donde, a excepción de áfrica, la mayoría de los países tiene una participación entre el 0,5% y 5%, por lo que esta brecha es transversal a las condiciones socioculturales de cada país.
Como se mostró, en el ajedrez existe un desbalance notable entre sexos, cuya razón no yace en las distintas culturas alrededor del planeta, ya que es un hecho que se presenta en todos los continentes por igual. Falta todavía profundizar en los problemas de un deporte que, en el papel, ofrece las mismas condiciones para competir a cualquier persona sin discriminación, pero que en la realidad es una disciplina dominada por el sexo masculino.