La diabetes es una enfermedad que transforma el funcionamiento más esencial del cuerpo humano: su capacidad de convertir los alimentos en energía. Todo comienza con la insulina, una hormona que actúa como llave para que la glucosa —el combustible principal del organismo— entre en las células. En las personas con diabetes, esta llave se pierde o no funciona correctamente, lo que hace que la glucosa se acumule en la sangre como un río desbordado. Existen dos caras principales de esta enfermedad: la diabetes tipo 1, donde el sistema inmunológico, como un enemigo interno, destruye las células productoras de insulina; y la diabetes tipo 2, un trastorno más insidioso, vinculado a estilos de vida poco saludables, que erosiona la capacidad del cuerpo para utilizar la insulina de manera efectiva (OMS, 2023). Pero no se trata solo de cifras o diagnósticos; la diabetes es una epidemia silenciosa que afecta a más de 500 millones de personas en el mundo (International Diabetes Federation, 2021), y que en países como Chile, afecta al 12% de la población adulta (MINSAL, 2021).
Hablar de diabetes es hablar de un desafío monumental. No solo se trata de manejar niveles de azúcar en sangre, sino de enfrentarse a una condición que no perdona descuidos. Una persona con diabetes vive con un cuerpo que constantemente necesita ajustes: alimentos medidos, actividad física programada, medicamentos, y un monitoreo constante que no da tregua. Sin control adecuado, esta enfermedad se convierte en un depredador silencioso que afecta la vista, los riñones, el corazón y los nervios, dejando un rastro de complicaciones que podrían haberse evitado (CDC, 2023). La diabetes no discrimina, pero ataca más fuerte donde encuentra vulnerabilidad: en quienes desconocen su propia condición, en quienes no tienen acceso a atención médica o en quienes la ignoran pensando que “no es para tanto”.
Proporción de Diabetes en la Población Chilena
El 12% de la población adulta en Chile vive con diabetes.
¿Qué significa vivir con diabetes?
Vivir con diabetes es como habitar un cuerpo que se convierte en un campo de batalla diario. Cada decisión importa: lo que comes, cuánto te mueves, si tomaste o no tus medicamentos, y cómo manejaste el estrés. En el corto plazo, un descuido puede significar una hipoglucemia que te deje desmayado en plena calle o una hiperglucemia que te lleve de urgencia al hospital (Mayo Clinic, 2023). Pero las verdaderas cicatrices de la diabetes no siempre se ven de inmediato; aparecen con el tiempo, cuando las piernas ya no responden debido a la neuropatía, cuando una herida en el pie no cicatriza y termina en amputación, o cuando la visión se apaga lentamente por la retinopatía diabética. La diabetes es como una bomba de tiempo, implacable, que no se detiene mientras no la enfrentes con la seriedad que exige.
Lidiar con la diabetes es mucho más que tomar medicamentos; es una lucha constante contra el desgaste físico, emocional y financiero. Es enfrentarte a la realidad de que no hay días libres, de que cada desliz puede tener un precio alto. Es el peso de saber que tu esperanza de vida está comprometida y que las complicaciones severas —insuficiencia renal, enfermedades cardiovasculares, o incluso ceguera— son una amenaza siempre presente (NIH, 2023). No se vive con diabetes; se sobrevive a ella cuando no hay una gestión adecuada. Es una enfermedad que no solo consume a quien la padece, sino también a sus familias, quienes a menudo deben compartir la carga emocional y económica. La diabetes es una llamada de atención brutal, que nos recuerda que la salud no es un derecho garantizado, sino un compromiso diario con nosotros mismos.
La diabetes no es solo una enfermedad; es un cambio profundo en la forma de vivir. Comprender qué significa enfrentar esta condición es esencial para dimensionar su impacto en la salud física, mental y emocional de quienes la padecen. Desde un monitoreo constante de los niveles de glucosa en sangre hasta la necesidad de transformar hábitos alimenticios y de actividad física, vivir con diabetes es un recordatorio diario de que la salud es un compromiso constante.
Nuestras visualizaciones destacan dos aspectos críticos en el manejo de la diabetes. En el gráfico sobre el consumo de frutas y vegetales, observamos cómo las decisiones dietéticas juegan un papel clave en la prevención y manejo de la enfermedad. Un mayor consumo de alimentos ricos en nutrientes está asociado con mejores indicadores de salud, mientras que una dieta deficiente puede exacerbar las complicaciones asociadas a la diabetes. Esta evidencia refuerza la importancia de educar a la población sobre hábitos alimenticios saludables.
En el gráfico sobre actividad física y salud física, se hace evidente la relación directa entre el ejercicio regular y la reducción de los días de mala salud física, tanto en personas con diabetes como sin ella. La actividad física no solo ayuda a mantener niveles saludables de glucosa en sangre, sino que también reduce el riesgo de complicaciones severas como enfermedades cardiovasculares y neuropatía. Sin embargo, la diferencia entre quienes practican actividad física y quienes no, especialmente en personas con diabetes, subraya la necesidad de fomentar estilos de vida más activos como parte integral del tratamiento.
Estas visualizaciones no solo muestran datos; cuentan historias. Historias de decisiones diarias que pueden marcar la diferencia entre vivir con calidad y enfrentar complicaciones. Historias que nos recuerdan que, aunque la diabetes es un desafío, también es una oportunidad para tomar el control de nuestra salud y construir una vida más plena. Que estas cifras nos impulsen a reflexionar, actuar y apoyar a quienes enfrentan esta batalla diaria. La prevención y el manejo de la diabetes comienzan con la información, y termina con el compromiso colectivo de cuidarnos unos a otros.
En honor a mi abuelo (1936 - 2024), padeciente de diabetes